miércoles, 17 de febrero de 2016

Arturo Ruiz-Falcó
Consultor LeanLab de Steelmood.

La gran mayoría de las grandes compañías en España suelen tener una cultura "organizacional" tradicional muy instaurada, o por qué no decirlo, muy anticuada.
Por un lado hacen sus desarrollos de software en base a gigantescos contratos con proveedores en los que prima el pactar un precio hora muy bajo. Así piensan que la productividad será estupenda y tan contentos firman.

Pero por otro lado, se sabe que esta productividad que calculan sobre todo en base a horas-hombre, no es la que se ajusta al escenario que hay hoy en día en el panorama del desarrollo de software. Muchas veces desde la identificación de una oportunidad que aportará valor al negocio hasta que se implanta en producción, pasan tantos meses que es muy probable que se nos haya ido ya el tren.

El mercado se mueve a velocidad de red social, cada vez que encendemos el wifi de nuestro smartphone se actualizan una media de 10 apps (dependiendo de cuantas tengas instaladas claro está). El time to market cada vez es más corto y cada vez se obtiene un valor de producto en tramos de tiempo más cortos.

Entonces en estas compañías es cuando se empieza a oir "Tenemos que ser más ágiles, más agile". Y como están acostumbrados a tener procedimientos extensos y muy detallados, pues buscan la manera de ajustar una metodología ágil (Agile) a su casa. Esto puede sonar muy contradictorio, pero la realidad es mucho más compleja que la teoría de Scrum. Lo que se está demandando en realidad es un cambio cultural organizativo. Agile es la palanca para que en grandes empresas tradicionales empiecen a cambiar las cosas de abajo a arriba (bot to top) y de arriba a abajo (top to bot).

No se puede pensar que lo que se necesita es solo una metodología. Cambiar la forma de trabajar de los equipos, los sprints, las ceremonias, los roles, esta es una buena forma de empezar pero si nos quedamos solo en esto, la implantación será un fracaso. También es necesario cambiar la configuración de los entornos, los contratos y relación con proveedores, la visión que se tiene piramidal por una visión horizontal, la comunicación, romper las barreras horizontales entre departamentos, etc. Puede sonar evidente pero hay que tener siempre muy presente que una metodología es siempre un medio, no un fin.

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